Blog centrado en un remoto lugar de La Mancha que te puede aportar una importante visión de conjunto relativa al ambiente general que se vivió durante la II República, sobre cómo transcurrió la Guerra Civil en la retaguardia republicana y, lo que es peor, sobre el fin de la guerra y el inicio del terror franquista...
viernes, 11 de octubre de 2019
Cuando cambiar una momia de sitio no es suficiente
martes, 9 de agosto de 2016
Control y descontrol: el Comité de Enlace del Frente Popular
Antes de continuar analizando la multitud de asesinatos, atropellos y desmanes que se producen, es importante dedicar un capítulo al análisis del origen, funciones y evolución del Comité de Enlace del Frente Popular en La Roda durante los primeros meses desde el estallido de la guerra. El descubrimiento fortuito de la documentación del Comité, que dábamos por perdida, nos ha aportado una visión totalmente diferente tanto del contexto bélico en La Roda, como de la propia institución. Sin los datos aportados por estos documentos, la reconstrucción de los hechos acaecidos hubiera sido bastante sesgada y parcial. No se puede entender el desarrollo de los acontecimientos sin la información de primer orden que proporciona la documentación generada por el Comité de Enlace del Frente Popular.
En el momento de la sublevación, el gobierno del Frente Popular, al frente de cual estaba Casares Quiroga, desapareció de la escena y con él, el aparato estatal, por lo que las diferentes localidades tuvieron que combatir solas a los rebeldes y organizarse de cualquier modo, sin ninguna ayuda por parte del Gobierno central, que existía solo sobre el papel. Hasta el 4 de septiembre de 1936 , fecha en que se forme el gobierno de Largo Caballero, el gobierno local en los territorios leales a la República será ejercido por los Comités y sus tropas, es decir, las Milicias antifascistas.
Estos Comités adoptarán varios nombres según los pueblos 1. En La Roda se llamará Comité de Salud Pública, quedando constituido el 26 de julio de 1936, justo al día siguiente de la toma de la provincia de Albacete, y se ubicará al principio en la misma Sacristía de la Iglesia. El 4 de septiembre el domicilio social del Comité será trasladado al edificio incautado por el Estado a Julián Viñas Sevilla, sito en la calle Ramón y Cajal, nº17. Poco después pasará a ocupar la casa incautada a Luis Yllana y finalmente la de Aurelio Giménez Izquierdo (ver imagen)2 hasta el final de la guerra.
En el acta de constitución se puede leer que el Comité de Enlace del Frente Popular de La Roda actuará sin limitación de funciones ni competencia en todos los asuntos que puedan presentarse en estos momentos gravísimos de la vida nacional. Dichas funciones serán básicamente los asuntos relacionados con el orden público, circulación y requisas, junto a justicia, en lo relacionado con instrucción de sumarios y cárceles. Aparte de estas funciones habrá otras relacionadas con milicias y servicios auxiliares, abastos y sanidad. Según los datos aportados en una declaración frente al tribunal franquista, el Secretario del primer Comité, Jose Antonio Valero, dice que se tomaron los siguientes acuerdos:
primero, reclutamiento de milicianos voluntarios para las milicias del Ejército y para los servicios de retaguardia, entre ellos el control de las entradas y salidas de la población; segundo, proceder a la recolección de los productos de la tierra; tercero, proceder a la selección de los milicianos de mayor confianza y más entusiasmo para el servicio de control
Como veremos, en la práctica, las competencias más importantes e inmediatas serán de orden público y, sobre todo, la redistribución de la riqueza nacional, a través de un intenso y complejo proceso de incautaciones y colectivizaciones.
(…)
miércoles, 27 de julio de 2016
La Roda republicana: enfrentamientos, detenciones y asesinatos
En torno a las 13 horas del 25 de julio de 1936 y tras una semana de intensos combates, Albacete capital era tomada por fuerzas leales a la República procedentes de Alicante y Murcia junto a una columna anarquista procedente de Valencia. El alzamiento era sofocado en Albacete con la rendición incondicional de sus organizadores y la entrega de armamento y munición 1. El territorio se convertirá en zona de retaguardia permanente, sin frente, en manos del bando republicano hasta el final de la guerra. Ésta será la razón fundamental que explique por qué la mayoría de muertes que se producen sobre todo entre agosto y septiembre de 1936 son de personas de filiación política conservadora, de derechas, incluida la persecución a miembros del clero. También es la razón que explica la instalación de los Brigadas Internacionales en la provincia, aunque de esto hablaremos más adelante.
El caso es que el fracaso de la sublevación militar y el posterior estado de guerra civil es el contexto en que se producen atropellos por ambas partes; en la provincia de Albacete más especialmente por parte de los grupos de milicianos que de manera descontrolada ocupan el vacío de poder con una violencia desmedida que ya venía gestándose tiempo atrás. Como veremos más adelante, desde las instituciones republicanas se dieron expresas manifestaciones para evitar los asesinatos y la venganza, pero éstas ya no tenían autoridad para imponer sus normas. Se trató por todos los medios de poner fin a estas manifestaciones por parte de determinados grupos a través de las sacas y paseos, pero hasta que no empiecen a funcionar los Tribunales Populares, los meses de julio y agosto serán de una violencia inaudita al margen de la ley y por supuesto que al margen de cualquier consideración humana. Veamos qué sucedió en La Roda.
La consecuencia directa y simultánea del final de la popularmente conocida como semana facciosa fue la liberación de los presos de izquierdas, la constitución del Comité de Salud Pública, la detención de los guardias civiles que habían participado en la rebelión y la persecución de la población civil que la apoyó. Ese mismo 25 de julio, muchos rodenses se enteraban a través de la radio del Bar Molina de que la provincia había caído en manos republicanas. Los concurrentes, emocionados, se echaron a la calle rápidamente, acudiendo a dicho bar y a las inmediaciones de la Miliaria mucha más gente pidiendo la apertura de las cárceles al grito de vamos a por nuestros hermanos los presos; posteriormente se instalarán aquí unos altavoces para emitir partes de guerra y demás novedades.
Simultáneamente a la liberación de los presos de las cárceles, se produce la detención y persecución de muchos de los que apoyaron la sublevación. Bajo las órdenes del Comité de Enlace, creado ese mismo día, comienzan a organizarse grupos de milicianos que se encargarán de: perseguir y detener a los sublevados en sus casas y aldeas, conseguir todo el armamento posible y hacer guardias en edificios principales y entradas y salidas del pueblo. Los expedientes que tenemos relatan decenas de casos de detenciones, registro de casas, requisa de armas y tiroteos Partiendo de la idea de que estos relatos fueron extraídos bajo presiones, amenazas y torturas una vez finalizada la guerra, debemos tomarlos con mucha cautela.
(…)