lunes, 1 de noviembre de 2021

Nueva asociación de memoria histórica en la provincia de Albacete





     Desde la asociación de reciente creación que hemos llamado “Memoria Histórica La Roda y comarca” os damos la bienvenida a todos los seguidores y seguidoras y personas interesadas en recuperar aquella parte de nuestra historia que nos obligaron a olvidar. Nuestro objetivo, como no podía ser de otra forma, consiste en mejorar y ampliar el conocimiento de nuestra historia más reciente, dadas las enormes deficiencias que en este sentido afectan a la sociedad española después de 40 años de dictadura aun habiendo transcurrido ya varias décadas de democracia. El daño infringido a la sociedad española fue tan intenso que sus efectos llegan al día de hoy. Desde la profesionalidad y la honestidad, reconstruiremos la falsa y distorsionada visión que se nos ofreció de nuestro pasado pero, sobre todo y ante todo, intentaremos rescatar la memoria y en último término, los restos de los y las represaliadas por el franquismo. Sus cadáveres todavía permanecen en fosas comunes de cunetas y cementerios a lo largo y ancho de nuestro país aunque obviamente el ámbito de actuación de esta asociación será La Roda y comarca.

     Con respecto al nombre de la asociación, hemos optado por el término “comarca” para dar a entender que nos referimos a los pueblos colindantes aunque, si queremos ser estrictos, en realidad se trata de los pueblos que al terminar la guerra civil española formaban parte del partido judicial de La Roda. Al ser cabeza de partido, en La Roda se celebraron cientos de consejos de guerra donde se procesaba no solo a rodenses sino también a muchas personas de los alrededores. Esta es la razón por la que en las fosas comunes de La Roda, aparte de los cadáveres de nativos de la localidad, también se hayan los restos de represaliados de Fuensanta, Tarazona de la Mancha, Madrigueras, Villalgordo del Júcar, Minaya, Munera, Lezuza y de otros pueblos y ciudades foráneas como Villanueva de la Jara y Casas de Benítez (Cuenca), Reolid (Albacete), Alcaudete de la Jara (Toledo), Monforte (Alicante) y Madrid. Urgía la formación de una asociación de estas características en este territorio de la provincia de Albacete. Junto a la existencia de asociaciones similares en Almansa y Alcaraz, aunaremos nuestras fuerzas a nivel provincial y regional para que, sin prisa pero sin pausa, las distintas instituciones y administraciones públicas cumplan con la Ley de Memoria Histórica. Esperamos y deseamos que no se eternicen los trámites para la aprobación de la nueva Ley de Memoria Democrática.

     Mientras que el trabajo de investigación y localización de fosas comunes no sea una tarea que implique de manera directa al Estado español, desgraciadamente esta necesidad ha sido solventada a duras penas por las pocas familias que disponían de las fuerzas suficientes para enfrentarse a esta hercúlea labor. Así, gracias a las diversas asociaciones memorialistas que se han ido constituyendo en España desde el inicio de la democracia, se han podido recuperar los restos de miles de represaliados y represaliadas repartidos por miles de fosas comunes ocultas en suelo español. Según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, a día de hoy existen en España unas 3.000 fosas documentadas y un documento oficial atribuye una cifra exacta de 114.226 personas desaparecidas.

     Debido al paso del tiempo y a las enormes dificultades con que las familias se han encontrado, tenemos constancia de que muchas de ellas se resignaron y abandonaron la posibilidad de recuperar los restos de sus familiares. De esta manera, la asociación se constituye como puente de enlace entre las administraciones y todos aquellos familiares interesados en recuperar los restos de sus seres queridos cuando así lo deseen. En este sentido, en la asociación ya disponemos de una importante investigación previa de naturaleza histórica, antropológica y de trabajo de campo con todos los datos relativos a todas las personas que pueden permanecer en las fosas comunes tanto del cementerio civil como sagrado de La Roda. Según nuestros cálculos, de entre todos los fusilados (incluida una mujer) y muertos en la cárcel del partido, en esta localidad asesinaron una vez finalizada la guerra a 65 personas: 54 ejecutados, más 11 presos que no llegaron a ver ni el paredón. Fallecer en prisión era, por cierto, una muerte mucho más lenta y cruel que la de ser ejecutado. A esta cifra deberíamos añadir otras 22 personas de La Roda que fueron fusiladas en el cementerio de Albacete. Todo ello sin contar con los más de 30 evacuados fallecidos en la localidad, la mayoría de ellos bebés, niños y ancianos procedentes de las zonas ocupadas de Extremadura, Andalucía y también de Madrid. 

     Aunque nuestro el objetivo fundamental sea la apertura de las fosas comunes de La Roda, mientras estemos en funcionamiento también realizaremos cuantas actividades sean necesarias para formarnos e instruirnos en esta materia y sobre todo, para esclarecer nuestro pasado histórico. Aparte de las pertinentes ruedas y notas de prensa para darnos a conocer en los medios, la tarea principal será continuar con la localización e información a familiares de La Roda y comarca, petición de expedientes de consejos de guerra al Archivo General e Histórico de Defensa, visita a registros civiles, etc. Solicitaremos a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica la instalación en La Roda de una de sus exposiciones itinerantes; realizaremos encuentros y actividades complementarias de formación para estudiar el fenómeno de las políticas de memoria histórica en España, Europa y en el mundo y su evolución hasta la actualidad. Otras actividades estarán relacionadas con el análisis de la represión durante la guerra (evacuados y refugiados, exiliados, muertos en campos de concentración y exterminio en concreto en Mauthausen, represión específica femenina, el caso de Andreu Nin y La Roda, etc.) y durante la postguerra y el franquismo (robo de niños, trabajos forzosos y expolio económico, muertos en cárceles, presos políticos, depuración de docentes, el maquis y la guerrilla, represión de género, procesados por el TOP, condenados por homosexualidad, etc.).

     Por no extendernos más, agradecemos a todxs vuestra presencia, os damos una cálida bienvenida y por supuesto, quedáis invitadxs a preguntar, aportar y/o participar en todas las reuniones y actividades que gustéis. Contacto: memorialarodacomarca@gmail.com



viernes, 16 de julio de 2021

Segunda edición en librerías


     
    Ya está la segunda edición o, casi mejor dicho, reimpresión, a la venta en todas las librerías de La Roda y en Herso y Popular de Albacete. El contenido es prácticamente el mismo solo que he añadido algún dato nuevo y corregido algunas erratas. Sobre contenido, quizás lo más destacable que he añadido es que el alcalde que estaba al frente del Ayuntamiento cuando se produjo el golpe de Estado, José López Ballesteros, acabó exiliado en Argentina. Poco más. Tampoco he podido resistirme a poner en portada la leyenda: Prólogo de Ángel Viñas. En esencia el formato y el contenido son los mismos que los de la primera edición; por ello tal vez mejor sería hablar de segunda reimpresión, aunque a efectos prácticos, da lo mismo. Lo importante es que aquí tenemos la segunda hornada para todos aquellos que os quedasteis sin el libro. Gracias por vuestro interés y por vuestro apoyo.



     A continuación voy a describir sucintamente los nuevos documentos y datos que he encontrado -en su mayor parte procedentes del Archivo General Militar de Ávila- pero que no he podido procesar e incorporar a la nueva edición. Se trata de:

– Un expediente de la quintacolumna de La Roda informando al bando franquista de que en La Roda había una importante base de tanques -con croquis incluido- fechado en diciembre de 1937.

– Un expediente sobre la 17 Brigada Mixta de Villarrobledo, cuyo jefe provisional era Emilio Cano Sáez. La Brigada estaba formada por 4 batallones, 2 en Villarrobledo y 2 en La Roda. Los batallones de La Roda estaban integrados por voluntarios aunque luego se descubre que estos batallones no eran de voluntarios sino que los hombres fueron movilizados forzosamente y tenían entre 20 y 45 años. En los documentos se explica que se trató de un grave error que no había sucedido en otros lugares, pues dejaban el pueblo sin hombres en este rango de edad pudiendo ocasionar un gravísimo conflicto de orden público. De esta manera se prescindió de estos batallones, que fueron sustituidos por un batallón de milicias del 5º Regimiento enviado de Jaén, y otro batallón formado por 300 hombres reclutados en Yecla, y completamente movilizados en La Roda. Este último batallón incluía caballería motorizada, sanidad, intendencia y transmisiones. Luego se incorporó otro batallón procedente de Almería. Estos expedientes incluyen las normas de organización de las brigadas y el desarrollo de la instrucción de las tropas (no hay fechas en ningún documento pero por datos indirectos intuyo que puede ser de finales de noviembre de 1936). En febrero del 37, en Villarrobledo (que era base de concentración e instrucción de reclutas) y alrededores (es decir, La Roda) había unos 9.000 hombres en su mayor parte catalanes y valencianos (información de la quintacolumna enviada a Burgos en julio de 1937).

– Documentos sobre el Parque Base de Transmisiones n.º1 de La Roda (fechado en marzo de 1939). Se trata de una reunión de representantes de los diferentes partidos y sindicatos de izquierdas que se celebra para valorar la actitud adoptada por el Partido Comunista. Se procedió a destituir a muchos cargos, pues la mayoría eran del PC; muchos otros desertaron. Se incluyen listados con muchos nombres. Los partidos y sindicatos de izquierdas, enfrentados entre ellos desde el principio hasta el final, acabaron haciéndose el araquiri. Era obvio que el PC se hiciera fuerte en España dada la ayuda de la URSS. Una vez consumado el golpe contra el PC, el gobierno republicano se desintegró automáticamente.

– Otra serie de datos como que en Santa Marta hubo un Campo de Recuperación de heridos de guerra. Algunos datos sobre brigadas internacionales, sobre el batallón Garibaldi y Guido Picelli, etc. Y por último, una fotografía de los años 60 del Consistorio franquista de La Roda con Franco en Madrid.


martes, 25 de mayo de 2021

Millán Carrasco, un rodense en las fosas de Almagro

     Recientemente se ha procedido a abrir las fosas comunes del cementerio de Almagro para exhumar los cadáveres de 70 personas víctimas de la represión franquista en este vecino pueblo de Ciudad Real. El equipo multidisciplinar encargado de la apertura de las fosas, procedente de la Universidad Complutense y del proyecto “Mapas de Memoria”, hicieron en su día un llamamiento para encontrar a los familiares, sobre todo de cara a la identificación lo más exhaustiva posible de los cuerpos. Entre ellos se encontraba el de Millán Carrasco Martínez, nacido en La Roda en 1886.

     A las personas que nos dedicamos a esto no nos gusta tener que andar justificando constantemente que lo último que pretendemos es “remover” el pasado. No se trata pues, de remover, sino de ayudar a las familias que así lo deseen, a dar una sepultura digna a sus seres queridos; de equiparar y reparar la memoria de todas aquellas víctimas que quedaron en el más abyecto de los olvidos, algo en lo que la ciudadanía española debería de estar de acuerdo por encima de las diferencias ideológicas. Se trata en última instancia de contribuir a cimentar una sociedad civil moderna y democrática. Una nueva sociedad que conozca su verdadera historia y que cuando mire hacia el pasado lo haga desprovista de todo temor y rencor.

      Millán Carrasco no es un simple nombre o un número más que viene a engrosar las filas de los listados sobre represaliados rodenses por las autoridades franquistas. Se trata de una vida humana, de otro hombre que debido a sus ideales políticos, sufrió la furia vengativa de los vencedores una vez acabada la guerra civil. Efectivamente, en nuestros cálculos sobre estos asesinatos masivos, faltaba esta persona. Y como esta, somos plenamente conscientes de que, dadas las circunstancias, en el recuento falten algunas más.

     Millán fue otra de tantas víctimas que, dada la imposibilidad de recorrer todos los archivos judiciales municipales del país, permaneció ausente en mis listados sobre represaliados rodenses por el franquismo. No había quedado rastro alguno de él excepto en los registros de defunciones del juzgado municipal de Almagro. Gracias a las exhumaciones emprendidas en Ciudad Real, se ha podido confirmar la existencia de esta otra persona con sentencia de muerte ejecutada en noviembre de 1939. Habiendo obtenido su nombre, apellidos y procedencia, de manera inmediata se procedió a localizar su expediente de “justicia” militar en el Archivo General e Histórico de Defensa. Dicho sea de paso, no es tarea fácil analizar los expedientes de los consejos de guerra franquistas ya que, aparte de estar instruidos a través del procedimiento “sumarísimo de urgencia”, también requieren desnudarlos de su típica jerga patológica y humillante (esto es más sencillo), de contenidos engañosos y tergiversados y de toda una serie de componentes que requieren de un ojo crítico y de una lectura entre líneas. 

     El 12 de noviembre de 1886, Miguel Carrasco y María Antonia Martínez, registraban el nacimiento de su hijo, Millán Carrasco Martínez, en la Parroquia de El Salvador de La Roda. Que sepamos, tuvo otros tres hermanos, Antonio, Isidro y Ciriaco, y dos hermanas, Josefa y Ángela. En La Roda, cuando estuvo en situación de trabajar, desarrolló su labor como factor ferroviario aunque pronto abandonó esta dedicación para incorporarse a trabajar en un molino de tierra blanca propiedad de la familia. Su evolución en el negocio familiar le hizo convertirse en “un hombre de negocios que se dedicó al comercio durante toda su vida, cumplió con honradez sus compromisos, portándose a este respecto inmejorablemente”.

     Aunque nunca llegó a casarse, parece ser que mantuvo relaciones con la hija de un terrateniente de Almagro, motivo por el cuál siempre estuvo vinculado con este pueblo. Así mismo los familiares indican que ambos pudieron tener descendencia, aunque de momento nos ha sido imposible constatar esta posibilidad. Se trata de una hercúlea labor de investigación porque la pareja, con unos orígenes sociales tan dispares, nunca pudo formalizarse en matrimonio. E igualmente, si en efecto tuvieron algún hijo, su origen debió permanecer oculto.

     El caso es que Millán, combinando sus necesidades laborales y sentimentales, desarrolló su vida entre los pueblos de La Roda y Almagro. Los descendientes de sus hermanos (pues él no tuvo hijos reconocidos) afirman que siempre destacó por ser una persona inteligente, culta e instruida; un visionario, un adelantado a su tiempo y un autodidacta con amplias dotes para el estudio, la lectura y también para la movilización de masas, mostrándose desde bien pronto sensible a las demandas de las capas más desfavorecidas de la sociedad. Se trataba pues, a grandes rasgos, de un demócrata, un republicano librepensador que, fruto del estallido de la guerra civil, comenzó a desarrollar una intensa actividad política en el vecino Almagro. Aquí encabezó durante los primeros días de la República la creación del Ateneo Libertario de la localidad.

     Según se desprende de los documentos consultados, en 1934 fue procesado por tenencia ilícita de explosivos y condenado a dos meses y un día de prisión. Por falta de datos concluyentes, no me atrevo a poner en relación este dato ni con las huelgas campesinas de junio ni con las revolucionarias de octubre del mismo año, aunque algo podemos especular. Lo que está claro es que Millán Carrasco, tras cumplir su condena, no volvió a Almagro. En los documentos se dice que estuvo ausente de esta localidad unos 2 años. Por otro lado, tampoco sabemos a ciencia cierta dónde estuvo preso, pues en los documentos aparece La Roda (Málaga). Si se tratase de una confusión, quizá estuvo en La Roda de Albacete o tal vez en La Roda de Andalucía (que por cierto no está en Málaga sino en Sevilla). Eso sí, el dato de la ciudad malagueña me hace pensar que, dada la ideología de corte anarquista de Millán Carrasco y el arraigo de la doctrina libertaria en Andalucía, durante las revoluciones campesinas de junio de 1934, Millán pudo haberse trasladado a esta localidad para articular y/o participar en estas huelgas campesinas. Es decir, tal vez tenga más sentido relacionar esta supuesta tenencia de explosivos en 1934 con las movilizaciones de junio que con las de octubre. Poco más que añadir en este sentido: solo que podríamos continuar dando palos de ciego en el terreno de la especulación.

     Dando un salto en el tiempo, tras la insurrección militar de julio de 1936, Millán reapareció nuevamente en Almagro para ponerse al frente del Ateneo Libertario y para crear las Juventudes Libertarias en la localidad. También pudo formar parte en la formación del Comité de Enlace del Frente Popular y del Comité de Defensa local. Tan sólo estuvo unos pocos días en Almagro. Volvió a La Roda donde probablemente permaneció participando en la organización de la retaguardia rodense. A finales de septiembre de 1936 vuelve a Almagro y entonces es cuando, dada su experiencia en el molino de tierra blanca de su familia en La Roda, se hace cargo de la Fábrica de Harinas incautada en Almagro como directivo principal o administrador. En adelante también ocupará cargos importantes en la CNT local. Así mismo, fue concejal y alcalde interino de manera intermitente desde diciembre de 1936 hasta el final de la guerra.

     Desconociendo si intentó una posible huida del país, el 10 de mayo de 1939 ya se encuentra detenido en la Prisión Central de Ocaña (Toledo). Un mes después se daba inicio en Almagro al “juicio” instruido contra Millán Carrasco, de 52 años por aquél entonces. Sin ninguna prueba, las denuncias presentadas le acusan de ser responsable directo de la muerte de dos individuos y de instigar el asesinato de otras “personas de orden” de la localidad. En una de las denuncias se llega a especificar que las personas que se hicieron cargo de la dirección del pueblo en defensa de la República, dado los cargos que ostentaron, debían ser “depurados como exige el momento actual”. En su defensa, el párroco-arcipreste de La Roda, Victoriano Castillo, envió un aval, refrendado a su vez por el nuevo alcalde rodense, Job Escobar, para evitar una condena a muerte del encartado. En efecto, el cura de La Roda pudo salvar su vida gracias a la intervención de Millán. De igual manera Millán había participado en La Roda en la fundación de la CNT local. En el aval se explica cómo gracias a la creación de este sindicato, cientos de derechistas rodenses pudieron escapar de la represión de retaguardia.

     Sin embargo, a pesar de tratarse de un aval de peso, en absoluto fue tenido en cuenta a la hora de emitir sentencia o en un posible indulto. Se le acusó de adhesión a la rebelión militar con agravante de peligrosidad. Se le impuso la pena de muerte y fue ejecutado el 25 de noviembre de 1939 en el cementerio civil de Almagro, popularmente conocido como «el corral de los desgraciados». En mayo de 2021 sus restos han vuelto a ver la luz, su vida rememorada y su memoria, honrada.

      Millán, descanse en paz.

 

Millán Carrasco


martes, 6 de abril de 2021

Presentación del libro II República y Guerra Civil en La Roda, Albacete (1931-1939)

     El pasado viernes 26 de marzo de 2021 presenté en el Auditorio de la Casa de la Cultura de La Roda el libro prologado por Ángel Viñas y titulado II República y Guerra Civil en La Roda, Albacete (1931-1939). Sentados junto a mí estuvieron Antonio Selva, director del Instituto de Estudios Albacetenses y Juan Ramón Amores, alcalde de La Roda. A ambos les agradezco profundamente su asistencia en ese día tan importante para mí y para el pueblo de La Roda, porque como dije: “hasta la fecha no se sabía prácticamente nada o nada se había escrito sobre este periodo de nuestra historia más reciente, dramático y lamentable, pero también muy prodigioso desde un punto de vista histórico”.



     A continuación realizaré una breve reseña sobre la presentación para que quede constancia y también para que los que no pudieron asistir, se hagan una ligera idea de lo que allí se habló. En efecto, eché de menos a algunos amigos y colegas que, dadas las restricciones sanitarias, no pudieron venir.

  Comencé hablando de mi interés por esta temática remontándome incluso a mi infancia, cuando mi abuela Carmen me hablaba de la placa de los Caídos que todavía luce en la fachada de la Iglesia del Salvador (privilegio que tiene los días contados), o cuando un día que la acompañé al Cementerio, me habló de las personas que allí mataron (sus restos descansan en varias fosas comunes) y de los impactos de bala en la tapia. A mí todo esto me asombraba, pero no lo entendía. De hecho, pasé por la enseñanza obligatoria sin aprender casi nada sobre el periodo hasta llegar a la Universidad. Y esto no fue casualidad.

    Pasar por la enseñanza obligatoria sin aprender casi nada sobre el periodo, no fue casualidad. En la presentación no me extendí en este punto pero sí que quisiera dejar constancia en estas líneas sobre la importancia que tiene esta observación. Y es que la Ley de Amnistía de 1977 nos obligó a olvidar a la sociedad española. Se impuso el olvido y yo, como el resto de jóvenes que pasamos por la enseñanza obligatoria, salimos de la misma sin apenas estudiar este importante periodo de nuestra historia.  Sin embargo, con tan solo 11 añitos me llevaron a visitar el Valle de los Caídos desde un colegio que se llamaba nada más y nada menos que Jose Antonio, en honor al líder del fascismo español.

     Pienso que es lamentable que sucesivas generaciones de españoles hayamos salido del sistema educativo ignorando nuestro pasado reciente o sin entender la lucha por la democracia o el papel de los fascismos en el siglo XX.  Se ha podido investigar. Eso es cierto. Ha habido una intensa renovación historiográfica pero finalmente se impuso un relato: el relato de los vencedores. Rebatir este relato es muy difícil porque verdaderamente lo dejaron todo “atado y bien atado”. Y estas son las razones por las que al principio de la presentación explicaba que no fue casualidad. No fue casualidad que hubiera salido del sistema educativo español sin saber prácticamente nada sobre este periodo.

     Continuando con el contenido de la presentación, seguí hablando sobre la curiosidad que siempre despertó en mí la comprensión del drama de la guerra civil. Y así fue como, junto a mi amigo Paco, comencé a buscar información sobre el supuesto paso de las Brigadas Internacionales por nuestro pueblo. Personas del ámbito cultural local me llegaron a decir que aquí no habían llegado brigadistas pero, para nuestra sorpresa, dimos con mucha información. Incluso llegamos a localizar dos textos de dos combatientes internacionales que escribieron sus experiencias a su paso por La Roda. Se trataba del belga Nick Gillain y del británico John Sommerfield.

     Seguí interesándome por aspectos concretos sobre la guerra civil en nuestro pueblo, como el estudio de la represión franquista debido, como decía, a la existencia de varias fosas comunes en el Cementerio. Finalmente, iba descubriendo tantas cosas que allá por 2014 me planteé el estudio de este periodo de manera sistemática y profesional. Junto a la visita a multitud de archivos en busca de fuentes documentales, comencé a leer toda la bibliografía sobre guerra civil en la provincia de Albacete y también bibliografía de carácter más general. Diseñé un blog, primero en Blogger y posteriormente en WordPress y ahí comencé a publicar todos los artículos que iba escribiendo.  

    Simultáneamente me puse en contacto con muchas personas. Tampoco quise extenderme en todos los contactos que he mantenido durante todo este tiempo, pero realicé un pequeño esbozo de las personas a las que contacté: profesores de historia contemporánea de la UCLM, algunos políticos de la transición, con asociaciones de memoria histórica, con historiadores y expertos en esta materia de La Roda, con el Instituto de Estudios Albacetenses, con familias descendientes de represaliados rodenses, etc. También destaqué la inmensa fortuna que tuve de poder entrevistarme con dos testigos directos de la guerra civil. Igualmente volví a reiterar el profundo agradecimiento que siento hacia Ángel Viñas por la realización del prólogo del libro. En último lugar, como no podía ser de otra manera, no pude dejar de agradecer la ayuda y el apoyo que a lo largo de este estos años he recibido por parte de Pascual Honrubia y Roger Cortijo.

     Sobre la búsqueda y estudio de los vestigios documentales, destaqué que las fuentes primarias más importantes para el desarrollo de este trabajo fueron (resumiendo mucho): las Actas de Plenos del Ayuntamiento de La Roda, los expedientes de los Consejos de guerra franquistas y también la documentación del Comité de Enlace del Frente Popular de La Roda. Respecto a este conjunto documental, aludí a que en su día se perdió de manera rocambolesca (como casi siempre). Pero antes de que esto sucediera, Antonio Selva lo tuvo en sus manos y lo pudo fotocopiar. Gracias a ello, pude tener acceso a esta valiosísima fuente de información.

     A continuación introduje una breve pincelada sobre teoría y metodología de la historiografía, de mi labor como historiadora o escribiente de la historia y una breve conclusión sobre los peligros de los usos públicos de la historia, un concepto más que trillado desde el siglo XIX por multitud de filósofos e historiadores del ámbito occidental. Destaqué que intenté ser lo más imparcial y objetiva posible a la hora de reconstruir nuestro pasado, partiendo de la realidad innegable de que nuestro presente nos condiciona sobre todo porque todos tenemos una ideología previa. Todos interpretamos la realidad y, por tanto, el pasado, en función de unos esquemas y valores previos. Esto es más difícil cuando abordamos un pasado que ya no existe y del que tan solo quedan pequeños fragmentos, generados bajo las más variopintas circunstancias, en este caso concreto, en un contexto bélico. Es decir, los documentos a los que tuve acceso están totalmente politizados.

     Lo que se cuenta en el libro procede de las referencias bibliográficas sobre la Roda, que son muy pocas. La gran mayoría de la información procede de lo que encontré en los documentos, que son muchos, muchísimos. Los datos están ahí, en los documentos, pero resulta que éstos obviamente no hablan por sí mismos. Por tanto, yo he interpretado y explicado la información que han aportado las distintas fuentes o documentos. Y como dije en la presentación, esto fue precisamente lo más complicado. Para entender hay que pasar de lo disperso y complejo a lo simple y para ello, hay que sintetizar. Porque para entender hay que hacer síntesis. Si no hacemos esto, la historia no se entiende. Y de lo que se trata es de que entendamos. De comprender lo que sucedió, por qué sucedió y algunas de sus consecuencias.

     Evidentemente esta no ha sido una labor inocente.  Al fin y al cabo, se trata de ser profesionales y honestos, y de no forzar el pasado desde el presente. En este sentido, yo ni he ocultado ni manipulado datos en ningún momento. Habrá cosas que gusten más, cosas que gusten menos. Pero serán cosas que sucedieron, para bien o para mal, le guste a quien le guste, le pese a quien le pese. A esto hemos de añadir que no será una imagen completa del pasado ya que en la reconstrucción del mismo hay muchas lagunas. Debido a que las fuentes no están completas, habrá aspectos del pasado que siempre permanecerán ocultos o en el terreno de la especulación.

      Sobre el contenido, no quise extenderme mucho porque nada más que recurriendo al índice del libro, y sobre todo leyéndolo, se puede comprender perfectamente la estructura y contenido del mismo. En cualquier caso, el libro quedó dividido en dos grandes bloques, como no podía ser de otra forma: primera parte sobre II República y segunda parte sobre Guerra Civil. Sí que me gustaría dejar constancia de algunas conclusiones interesantes que podemos extraer de la lectura de ambos bloques.

     Con respecto al periodo de la II República en La Roda, más allá del análisis extricto del contenido y de las reformas que se introducen durante el primer bienio, quise destacar la plasmación en el libro de todo tipo de conflictos que surgieron entre los distintos partidos, sindicatos y asociaciones políticas, y entre los distintos grupos sociales. Esto fue así porque al no tratarse de un régimen autoritario o totalitario, sino de un régimen profundamente democrático, donde casi durante todo el periodo hubo libertad de expresión, el enfrentamiento abierto entre los distintos grupos fue una realidad constante. A ello debemos añadir que el contexto histórico no era nada propicio para la consolidación de auténticas democracias en la Europa de entreguerras.

     Por otra parte, en La Roda hubo un fuerte arraigo del fenómeno del caciquismo. Aunque se luchó por acabar con las viejas corruptelas electorales, éstas subsistieron. De hecho, los procesos electorales durante el periodo estuvieron llenos de anomalías: desde el principio mismo de la proclamación de la República, con la aplicación del polémico artículo 29 de la Ley electoral (en La Roda no se celebraron las elecciones de abril de 1931 que trajeron la República porque se nombró un Consistorio monárquico en virtud del artículo 29) u otras irregularidades como la sucesiva suspensión de consistorios por orden de los gobernadores civiles.

     La Roda también constituyó un ejemplo paradigmático en el conjunto de la nación ya que, a pesar de tratarse de un núcleo urbano en aquella época (donde solían ganar opciones de izquierdas), siempre ganaron corrientes conservadoras, de derechas, incluso en las elecciones de febrero de 1936.

    En adelante me extendí en el análisis de los distintos grupos políticos que protagonizaron el enfrentamiento desde la proclamación de la República sobre todo por los extremos, destacando también que no hubo violencia física antes del golpe de Estado de julio de 1936. Dicho enfrentamiento estuvo representado por un lado por los monárquicos antidemócratas y antirrepublicanos (que nunca aceptaron el nuevo régimen) y, por otro lado, por la extrema izquierda: por el anarco-sindicalismo a nivel nacional, y en La Roda por el sindicalismo de corte socialista, es decir, por UGT (que siempre consideraron las reformas lentas e insuficientes). En la Roda no hubo anarquismo hasta septiembre de 1936, fecha de aparición de la CNT local con la peculiaridad de que se constituye para proteger a personas de derechas.

     Sobre el Partido Comunista, me gustó mucho dejar bien claro que el PC apareció por primera vez en La Roda en agosto de 1936 y que en España su papel fue insignificante hasta el inicio de la guerra. Quise decir con esto que cuando los militares golpistas y los historiadores y propagandistas del régimen justificaron la insurrección para acabar con la oleada de comunismo que estaba asolando el país o con la conspiración judeo-masónica-bolchevique (al loro con esto), hemos de ser conscientes de que nos encontramos frente a una falacia histórica de primera magnitud. El Partido Comunista en España antes de la guerra fue prácticamente inexistente. La revolución comunista que los sublevados tanto temían la provocaron con el golpe de Estado. Posteriormente sí que se producirá un desarrollo espectacular del PC en suelo español debido a que la única ayuda algo significativa y para nada gratuita que recibió el régimen republicano para su defensa fue de la URSS. La ayuda que los conspiradores recibieron del Tercer Reich o de la Italia fascista de Musolinni fue infinitamente superior cualitativa y cuantitativamente. El silencio de las grandes democracias occidentales, de Francia, Inglaterra y EEUU también condicionó de manera decisiva, la evolución, desarrollo y resultado final del conflicto.

     Sobre Falange, el partido fascista español, introduje que en 1935 ya hay datos de su existencia en La Roda. Muchos políticos conservadores, sobre todo los católicos de la CEDA se vieron atraídos por él, ingresando en sus filas. Sin embargo, el mayor protagonismo en Falange lo tuvieron los sectores juveniles, en su mayor parte hijos de diferentes políticos conservadores del periodo. Ellos protagonizaron el golpe de Estado en la Roda, junto a los monárquicos y la Guardia Civil.

    En medio de este tinglado se encontraba el mundo de los partidos republicanos, de los grupos que trajeron la II República. Se trató en efecto de gentes ilustradas, moderados, reformistas, católicos, etc. En ningún caso revolucionarios. Estuvieron a medio camino entre los extremos, a los que se tuvieron que enfrentar indistintamente. De hecho, debido a la intensa oposición de UGT a las políticas republicanas, en mayo de 1936 la coalición de gobierno (concretamente de Izquierda Republicana y PSOE) estalla por los aires, llevando al colapso al Consistorio local.

     Está claro que anarquistas (en el ámbito nacional) y socialistas radicalizados (concretamente en La Roda) influyeron en el derrumbe del proyecto republicano, pero quienes finalmente acabaron con la II República, fueron aquellos que protagonizaron el golpe de Estado de julio de 1936, generando una cruenta guerra civil de casi 3 años de duración. Y no era la primera vez que lo intentaban. En agosto de 1932 la sublevación militar protagonizada por Sanjurjo no dio sus frutos. Hubieron de esperar 4 años más para ver cumplidos sus deseos de acabar con la democracia española.

     También destaqué con insistencia que la Guerra Civil española no comenzó en octubre del 34 ni en febrero del 36. Es inquietante que gente con estudios universitarios (y de la rama de humanidades para más inri) te digan que la guerra civil comenzó en octubre del 34. En octubre del 34 se produjo una HUELGA GENERAL REVOLUCIONARIA que fue duramente sofocada por orden de las autoridades republicanas. Hemos de llamar a las cosas por su nombre. Por otra parte, en febrero del 36 hubo unas ELECCIONES DEMOCRÁTICAS, donde pese a las anomalías, ganó el Frente Popular, cosa que las derechas nunca quisieron aceptar. De hecho, es a partir de este momento, de febrero del 36, cuando comienza a gestarse de manera más efectiva el GOLPE DE ESTADO que culmina el 18 de julio de 1936, ni antes, ni después.

     Introduciendo la parte sobre guerra civil, a continuación destaqué que la conspiración militar en La Roda fue todo un éxito. Como analizó Ángel Viñas en su penúltimo libro, ¿quiénes quisieron la guerra civil? Desde luego que, en La Roda, como en el resto del país, la conspiración fue organizada por los sectores monárquicos, apoyados por el fascismo o Falange Española, a pesar de sus diferencias. Esta conspiración de naturaleza estrictamente política tuvo un brazo ejecutor que fue una pequeña parte del Ejército español, incluyendo aquí obviamente a la Guardia Civil.

     Durante toda una semana los insurrectos controlaron el pueblo, hasta que la provincia cayó en manos republicanas, después de esta semana de intensos combates y bombardeos en Albacete capital. Es importante destacar también que los rebeldes no iniciaron ninguna matanza en La Roda durante esta semana, a diferencia de lo que sus homólogos estaban haciendo en otros puntos de España en los que triunfó la sublevación.

     Sin embargo, la insurrección monárquico-fascista-militar finalmente fracasó porque los rebeldes no consiguieron su objetivo. Se produjo una división de las fuerzas armadas y al Estado español ya le fue imposible controlar el orden público. De inmediato se inició una oleada de violencia y un desprecio por la vida sin precedentes en suelo español.

     Dado el vacío de poderes que generó el golpe, el Ayuntamiento pasó a un segundo plano y, en el pueblo de la Roda, como en el resto del territorio republicano, una nueva autoridad se hizo con el poder: se trataba del pueblo en armas, organizado en un Comité, llamado Comité de Salud Pública, después conocido como Comité de Enlace del Frente Popular, que integró a todos los representantes de los distintos partidos, asociaciones y sindicatos de izquierdas de la localidad.

     Por tanto, tenemos que aparte de la guerra, en la retaguardia republicana se dio inicio también a una salvaje y profunda revolución en todos los órdenes. Bajo las directrices del Comité revolucionario, se persiguió, detuvo e incluso asesinó a todos los que organizaron o participaron en la insurrección militar, incluidos miembros del clero. Sus posesiones fueron incautadas, y sus negocios y fincas, colectivizados.

     Es decir, se acomete la persecución y eliminación radical de todas aquellas personas que quisieron la guerra. Se quiso borrar del mapa a estas personas y también el mundo que representaban o que los representaba, de ahí los ataques a la Iglesia. El modelo social de los insurrectos ya no tenía cabida en este escenario de guerra y revolución. Una guerra y una revolución que, y esto hay que decirlo alto y claro: sin el golpe de Estado, jamás se hubieran producido.

     Continué hablando del contenido del libro hasta el fin de la guerra y la represión franquista para pasar finalmente a cerrar la presentación con una breve reflexión sobre la necesidad de hacer justicia y memoria históricas y sobre la importancia de conocer nuestro pasado. Hice hincapié en que no hay posibilidad de sanar o curar las heridas que se tapan, se esconden o se ocultan. No hay capacidad crítica sobre lo que no se conoce o mal-conoce.

     Destaqué que debemos conocer nuestra historia para, entre otras cosas, saber diferenciar entre democracia y fascismo; o para diferenciar entre los profesionales que crean conocimiento con pruebas y fuentes documentales, de aquellos que hacen propaganda y emiten opiniones como si fueran verdades absolutas, incluso incitando al odio y al enfrentamiento (cosa por desgracia muy presente hoy día en las redes sociales);  conocer nuestro pasado para saber de dónde venimos y por qué estamos donde estamos, ya que los derechos y libertades de los que gozamos actualmente, no nos han caído del cielo. Mucha gente quedó en el camino para que nosotros vivamos hoy como vivimos aun reconociendo la diversidad en las situaciones personales. En último término, destaqué que es importante conocer nuestro pasado, entre otras cosas, para entender que la violencia te lleva a un callejón sin salida, para la resolución pacífica de los conflictos y para evitar, en la medida de nuestras posibilidades, que vuelva a repetirse el drama de una guerra civil.


miércoles, 10 de marzo de 2021

Libro publicado


   




     Ya tengo a mi hijo de casi 400 páginas entre mis manos. Estoy muy contenta y emocionada porque el resultado final ha sido maravilloso. Gracias a Miguel de Gráficas Cano y al Instituto de Estudios Albacetenses, especialmente a Antonio Selva y a Paco Linares. Gracias al historiador Angel Viñas Martin por las sugerencias y correcciones realizadas y, sobre todo, por haber accedido a escribir el prólogo de este libro. No me extiendo en los agradecimientos, ya que he dedicado una página a ellos al principio del libro.
    Añadir que me siento, aparte de muy agradecida, profundamente orgullosa y satisfecha de haber culminado este trabajo con un prólogo de Ángel Viñas y editado y publicado por una institución de estudios locales de la talla del IEA. Esto supone un grato reconocimiento a una intensa y compleja tarea de varios años.
     A partir del viernes y, sobre todo, a partir de la semana que viene estará a la venta en Librería Popular (Albacete) y en La Buena Letra (La Roda). Igualmente habrá varios ejemplares en diferentes bibliotecas públicas.
     Por lo que respecta a la presentación del libro, tenemos previsto que se realice a finales del mes de marzo. Informaré de todo a través de distintos medios informativos y redes sociales.
     Un millón de gracias
     Hasta pronto


jueves, 28 de enero de 2021

Rodenses en campos de exterminio nazis

     
    Cumpliéndose 76 años de la liberación de Auschwitz, no he podido resistirme a publicar algunos datos inéditos sobre los rodenses que fueron retenidos o murieron en campos de exterminio nazis.
     Una vez acabada la Guerra Civil, no todos los que habían estado implicados en el Comité de Enlace del Frente Popular fueron apresados, torturados, juzgados y condenados. Tras sufrir innumerables penalidades, muchos consiguieron salir del país y, con ello, escapar de una muerte segura (al menos, eso pensaban ellos). Mientras tanto, las nuevas autoridades franquistas iniciaron toda una serie de pesquisas para dar caza a los fugitivos de La Roda, a la vez que confeccionaron un listado con 34 nombres de hombres en paradero desconocido que conservamos.
     Los refugiados que llegaron a Francia fueron inmediatamente asentados en campos de concentración o de internamiento como el de Argelès-sur-Mer, donde estuvieron internados casi todos los españoles. Algunos de ellos consiguieron escapar de estos lugares donde se vivía en condiciones extremas e inhumanas. Con el inicio de la II Guerra Mundial, la gran mayoría se incorporó a la Resistencia Francesa tras la ocupación nazi, organizados como cuerpos militares de las Fuerzas Francesas Libres. Estos españoles lucharon con la esperanza de que, tras vencer a las potencias del Eje, España también fuera liberada, lo cual no fue posible dada la negativa de los Aliados.
     El caso fue que, muchos de estos combatientes, al no poder huir a la zona libre, fueron hechos prisioneros y deportados a Alemania, especialmente al complejo de Mauthausen. Allí murieron 3 milicianos de La Roda: Miguel Carrizo Díaz, Juan Marchante López y Herminio Martínez Vinuesa. Salustiano Checa Ayuso, preso también en Mauthausen, tuvo la fortuna de ser liberado el 5 de mayo de 1945. De hecho, gracias al testimonio de Salustiano conocemos la trágica manera en que murió Herminio Martínez. Estando ambos realizando trabajos forzosos en la cantera de Gusen (el matadero de Mauthausen), Herminio subía cargado con un bloque de piedra cuando, exhausto, se vino abajo. De inmediato, un guardia nazi le disparó un tiro en la cabeza.
     Por su parte, Francisco Talavera (no disponemos del segundo apellido), deportado al campo de exterminio de Buchenwald, igualmente fue liberado al término de la II Guerra Mundial. En último lugar, el sobrino del alcalde Abel Amar Pardo, José León Ávalos (en la imagen adjunta) tras actuar en varios organismos de resistencia, en junio de 1944 fue detenido en Lyon por la policía francesa y la Gestapo e internado en un campo de concentración alemán (desconocemos cuál). En 1945 fue liberado y posteriormente condecorado por su papel en la Resistencia Francesa.

José León Ávalos


     


   












     Por diferentes motivos de orden político e ideológico, el papel de los republicanos españoles en la liberación de París tradicionalmente ha sido ocultado y olvidado tanto en Francia como en España. Hoy existen multitud de investigaciones historiográficas (Evelyn Mesquida, Miguel Ángel Sanz, Secundino Serrano, Muñoz de Lara, Pons Prades, etc.) que ponen de relieve la actuación de los combatientes españoles en la II Guerra Mundial y muy especialmente de “La Nueve” en la liberación de París, ocupada por las tropas nazis.
     Después de dos guerras mundiales, aparte de innumerables conflictos civiles como el español, en occidente se impuso el modelo de sociedad democrática. Como bien apunta el profesor Julián Casanova, «si los fascismos hubieran ganado, el curso posterior de la historia hubiera sido diferente», aunque por desgracia, «las tendencias autoritarias y militaristas no desaparecieron del todo y permanecieron durante décadas en Portugal, Grecia y España».
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Datos extraídos de Esteban Garví, A., (2006). Lucha por la libertad. Memorias de un luchador albacetense contra el franquismo. Albacete. IEA Don Juan Manuel; Bermejo, B. y Checa, S., (2006). Libro memorial: españoles deportados a los campos nazis 1940-1945. Madrid. Ministerio de Cultura; Casanova, J., (2020). Una violencia indómita. El siglo XX europeo. Barcelona. Crítica; y datos inéditos de Parreño Tébar, C.M, (2021). La II República y la Guerra Civil en La Roda, 1931-1939, Albacete, IEA Don Juan Manuel.