viernes, 28 de febrero de 2014

Educación, cultura y sociedad en La Roda hasta 1933 (II)

Continuando con lo que veíamos en el artículo anterior, a pesar de toda esta efervescencia en la mejora cultural y educativa de la población, a la altura de marzo de 1933 se sigue insistiendo en la necesidad de construir o habilitar más locales para la docencia:

Flota en el ambiente popular (…) el problema de máxima necesidad de afrontar la construcción de locales-escuelas adecuados a la alta finalidad que en ellas ha de cumplirse. Los locales actuales son insuficientes para contener los niños necesitados de instrucción y son además antihigiénicos y antipedagógicos

Se pide incoar la solicitud de construcción de nuevos grupos escolares y además, se crea una Comisión Especial. Concretamente se pedirá la construcción de nueva planta de un Grupo escolar para cinco grados de niños, cinco de niñas y tres grados de párvulos. También once escuelas unitarias, una de ellas mixta. En vísperas de la caída del gobierno Azaña, y del consiguiente cambio de Consistorio, en noviembre de 1933, este ambicioso proyecto todavía no había visto la luz:

A pesar de la difícil situación económica es muy importante hacer esto (…) porque es el posible porvenir de los hijos por medio del estudio y del que ya existe precedente por personas de este pueblo y de humilde familia que hoy cuentan con una brillante carrera merced del Colegio D. Juan Ramón Ramírez

En este ambiente, las Escuelas del Ave María, fundadas en 1922 por el presbítero José Collado Ballesteros 1, también se vieron afectadas por las reformas educativas. Según las Actas de los Plenos del Ayuntamiento de La Roda, el 14 de junio de 1931 se recibe una queja del presbítero y director de las Escuelas del Ave María, solicitando la subvención que tradicionalmente venía recibiendo. La misma queja se repite en el Pleno de 21 de junio recibiendo la siguiente contestación:

por consideraciones de orden político la subvención se suspende definitivamente

Poco después, el 13 de septiembre, se debatían y estudiaban las cuentas para adaptar los locales del Convento de las Trinitarias como Escuelas. Esta propuesta queda aprobada el 20 de septiembre. El convento, ubicado en la encrucijada Las cuatro esquinas, había sido fundado en 1598 por el sacerdote Esteban de Galiano. En 1852 se clausura tras la Ley de Desamortización y es cedido al Ayuntamiento para instalación de escuelas en 1858, mientras la iglesia albergaba el Teatro Liceo, muy popular hasta la construcción del Cervantes. En 1929 se demolieron todas las dependencias, salvo el abandonado Teatro que en 1931 se habilitó como Grupo Escolar 2.

Finalmente, en junio de 1933 se nombraba una Comisión para que se actuase eficazmente en la Sustitución de la Enseñanza Religiosa en la villa. El problema religioso venía estando íntimamente relacionado con la educación, concretamente con la necesidad de crear un sistema de escuelas laico. En definitiva, se estaba actuando por la separación de Iglesia y Estado 3. Suponemos que la prohibición de la enseñanza a las órdenes religiosas fue un importante fallo de previsión, puesto que el Estado no contaba con aulas, profesores, ni medios para hacerse cargo de toda la enseñanza del país. Realmente, quien disponía del monopolio de la educación en España era la Iglesia Católica. Aparte del problema de presupuesto, la disputa laico-religiosa se fue convirtiendo progresivamente en un lastre para el programa de construcciones escolares y de educación pública, laica y universal.

Por otra parte, a estas reformas habría que añadir la introducción del divorcio y la secularización de cementerios y hospitales. La secularización del Cementerio de La Roda se había realizado aprovechando la Fiesta Nacional el día 11 de diciembre. La Corporación municipal daba lectura del decreto que declaraba festivo este día, publicado en La Gaceta de Madrid, nº 343, 9 diciembre 1931:

Para solemnizar la elección del Primer Presidente de la República Española, el gobierno decreta: Artículo único. Se declara fiesta nacional el día 11 del corriente mes. Dado en Madrid a ocho de Diciembre de mil novecientos treinta y uno. Manuel Azaña

En relación con la secularización y modernización de hospitales, también existen algunos ejemplos en los libros de Actas para este primer bienio republicano

(...)


 

1. En medio del anticlericalismo que se vuelve extremadamente violento con el estallido de la guerra, el clero será uno de los grupos que con más ensañamiento será perseguido en los primeros momentos. En este contexto, el cuerpo del sacerdote José Collado Ballesteros será hallado con disparos de arma de fuego el 13 de agosto de 1936 en la carretera de Ocaña a Alicante. En otro capítulo veremos cómo se desarrollaron los hechos.

2. Martínez Angulo, I., Algo de nuestro pueblo, La Roda, 1985 (pág. 168-69)

3. El siglo XIX, siglo de las revoluciones, había traído consigo a nivel europeo una ruptura importante con respecto al Antiguo Régimen. En este contexto la Iglesia española a duras penas se fue adaptando a las estructuras sociopolíticas que fueron surgiendo tras el nuevo orden impuesto por las diferentes burguesías. La Iglesia siempre se resistió a los cambios que propiciaron una mayor autonomía del hombre y de la sociedad. Además, siempre estuvo acostumbrada a convivir con regímenes autoritarios que defendieron sus doctrinas, protegieron su posición social de privilegio y controlaron a sus enemigos. El Estado durante el siglo XIX se hubo sentido coartado en muchas ocasiones por la rigidez del Concordato de 1851, según el cual la religión católica debía ser mantenida como religión oficial en España. Es por esto que una gran parte de la opinión pública veía a esta institución como la defensora de los intereses políticos y materiales de las clases dominantes, que se había aprovechado del monopolio de la enseñanza, del papel dominante en la acción benéfica, del control sobre las formalidades del nacimiento, del matrimonio y la muerte; en definitiva, de impedir cualquier reforma o revolución que pudiera beneficiar al pueblo. También se veía que la Iglesia no admitía la democracia parlamentaria, el pluralismo y las reformas urgentes del sistema salarial y la estructura de la propiedad agraria. Al proclamarse la República, la jerarquía de la Iglesia española debió haber aceptado la legitimidad del nuevo régimen, fruto de la voluntad popular. Pero la fuerte influencia de los católicos integristas principalmente de la jerarquía propiciaron el enfrentamiento con la Republica. Esto, sumado a la cultura anti-clerical heredada, que no anti-religiosa, de muchos de los gobernantes republicanos y con esta visión de un gran sector de la opinión pública, hizo que esta institución a partir de la proclamación de la II República se convirtiera en el blanco de muchas reformas, manifestaciones, tumultos callejeros, quema de iglesias y conventos, y de la persecución directa ya en plena guerra.


jueves, 13 de febrero de 2014

Educación, cultura y sociedad en La Roda hasta 1933 (I)

    La proclamación de la República produjo una inmediata ruptura entre el nuevo régimen y la Iglesia católica, debido básicamente al monopolio de la educación que ésta ostentaba. Desde el 14 de abril, el Gobierno provisional había considerado que una de sus tareas más urgentes era la rápida expansión de las escuelas primarias. Se pretendía crear una escuela pública, obligatoria, laica, mixta, inspirada en el ideal de la solidaridad humana, donde la actividad sería el eje de la metodología. A modo de ejemplo, los niños de la Escuela Nacional enviaban la siguiente misiva al Ayuntamiento:

que siendo este pueblo eminentemente agrícola y queriendo los niños que forman esta República escolar, aprender a cultivar la tierra, ruegan a la Corporación les conceda un terreno para los fines indicados

    Ya vemos que la idea de introducir huertos ecológicos en las escuelas no es tan novedosa, pudiendo establecer su origen en el marco de la Segunda República.

    El programa reformador del sistema educativo tuvo el objetivo inmediato de extender la cultura popular por todos los rincones de los pueblos de España aparte de remediar el alto índice de analfabetismo en nuestro país. El 14 de abril de 1931, la República encontró una España tan analfabeta, desnutrida y llena de piojos, como ansiosa por aprender. En 1931 la estimación sobre el índice de analfabetismo variaban del 30 al 50 % de la población total y el porcentaje de alumnos (que asistían a clase) por aula era de 50 alumnos por escuela con maestro. El Ministerio de Instrucción Pública estimó que en España eran necesarias otras 27.000 escuelas para atender a más de un millón a un millón y medio de niños que en general no iban a la escuela [1]. El primer año de la República fue así un año de fiebre de construcciones escolares.

(…)