viernes, 31 de enero de 2014

El Ayuntamiento de La Roda hasta 1933: ambiente político (II)

 
Como decíamos en apartados anteriores, a finales de diciembre de 1931 se constituía en La Roda el Partido Republicano Liberal Democráta, aglutinando en su seno a los líderes más destacados de la vieja política local. Una vez inaugurado el nuevo año, se procedía al nombramiento de su Junta Directiva, al igual que sucedía con muchas otras agrupaciones políticas de la localidad. La directiva del liberal-demócrata quedaba de la siguiente manera: Job Escobar como Presidente, Wenceslao Cebrián Vicepresidente, Juan Muñoz Secretario, Julián Viñas Tesorero y los vocales:  Julián Fernández, Ciriaco Carrasco, Eloy Escribano, Juan Alarcón, Ricardo Atienza, Juan Cayo Cebrián, Hermenegildo Pérez y Santiago González.
Por su parte, la Junta Directiva del Partido Republicano quedaba así: Ramón Llistó Presidente, Teófilo Lara Vicepresidente, Agustín Ruíz Tesorero, Emilio Martínez Valverde Contador, José Escribano Giménez Secretario y los vocales: José María Gómez, Pascual Molina, Carlos Fuentes y Bernardo Soriano.
En la Sociedad Obrera era elegido Julián Castillo como Presidente, Francisco Ortiz como Vicepresidente, Julio Fraile como Contador y los vocales: Sergio Córdoba, Virgilio Ramírez, Blas Fraile y Miguel Martínez García.
En último lugar, en el Casino la Amistad [1], quedaba Lino Ramírez como Presidente, Temístocles Blanco como Vicepresidente, Secretario Juan Talavera y Vicesecretario Francisco Castillo. Los vocales serían: Ángel Escobar, Ángel García, Francisco Abad y Daniel Martínez [2].
Entrado el mes de abril, comienzan los preparativos para festejar el I Aniversario de la Proclamación de la República

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domingo, 26 de enero de 2014

Cartel de la Segunda República Española

   
 

    A lo largo del siglo XIX, con la construcción de los nuevos Estados-nación, surge una simbología que intenta promocionar una determinada imagen de los nuevos Estados nacientes al calor de las revoluciones liberales. Son símbolos referentes  sobre todo a  la identidad nacional, que favorecen la cohesión social y el sentido de pertenencia, como la bandera, el escudo, el himno y otros elementos. Puesto que una de las primeras medidas de la Segunda República será la adopción de nuevos símbolos nacionales, a continuación veremos un cartel alegórico de la época.

 



     Se recuperaba el diseño del escudo de España aprobado en 1868 por el Gobierno provisional instaurado tras el derrocamiento de Isabel II.  Además, el gobierno de 1931 también se inspiraría en otros emblemas tradicionales de la proclamación de la Primera República, como por ejemplo, en su figura principal: una mujer joven, alada, tocada con un gorro frigio y vestida con una túnica roja que deja un pecho al descubierto. Su mano derecha se apoya en una lápida con una inscripción que dice «LEY. RF», mientras que su mano izquierda sostiene una balanza. Una mujer vestida con una túnica roja, al estilo de una matrona romana, era una imagen habitual para representar a España en las pinturas alegóricas del Renacimiento y del Barroco. El detalle del pecho descubierto se relaciona con la práctica de alimentar a sus pobladores, considerados como hijos de la patria. Las alas son un símbolo de la victoria tomado de la escultura clásica, al igual que las hojas de laurel que asoman por encima de su cabeza. La balanza es un símbolo tradicional de la Justicia que se le presupone a cualquier poder político. El gorro frigio, aunque de origen clásico, constituye un símbolo de la libertad, de la razón y del republicanismo que fue muy  difundido durante la Revolución Francesa. Otros símbolos que aparecen en esta alegoría de la Primera República es el gallo, símbolo de vigilancia, del despertar a una nueva era y de combatividad.

     Esta imagen de España como “La Niña Bonita” alcanzó tanto éxito que fue reeditada muchos años después como emblema de la Segunda República aprobado, junto a otras enseñas oficiales, por Decreto de 27 de abril de 1931. Aunque existen diversas variantes iconográficas de esta alegoría, en general el mensaje se sintetizó, aligerando su simbología e introduciendo pequeñas modificaciones como la bandera tricolor, sustituyendo la franja inferior roja por otra de color morado; o el león, que sustituyó al gallo para evitar el chiste de los monárquicos recalcitrantes que decían que la República “era más puta que las gallinas”; por cierto crítica fácil bien característica de una mentalidad machista y retrógrada propia del pensamiento más conservador. La túnica roja en este caso desaparece y en su lugar figura una única prenda, que es el camisón blanco que viste debajo. Paradójicamente, tanto el morado de la bandera como el león venían siendo símbolos asociados a la monarquía española desde antiguo. Para evitar la confusión, la propaganda republicana procuró dotarlos de un nuevo significado acorde con su ideario, interpretando el morado con el color utilizado por los Comuneros de Castilla y el león como símbolo de la fuerza del pueblo español, o de la Ley, ambos representados en las Cortes. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

domingo, 19 de enero de 2014

El Ayuntamiento de La Roda hasta 1933: ambiente político (I)

               
    Se ha tendido a identificar República y democracia, como si, al implantarse aquélla, ésta hubiese llegado por arte de magia. La democracia es una actitud que se adquiere con la práctica y, precisamente, muchos españoles y albacetenses no estaban muy experimentados en ella a comienzos de 1931. De aquí, el difícil y lento proceso hacia la democracia vivido en los años 30[1]. Tras la estabilización del régimen republicano, asistimos a partir de ahora a un período complejo en la política local donde, aparte de las reformas aplicadas en sintonía con el gobierno central, también aparecerán a los primeros conflictos de tipo político en el mismo seno del equipo de gobierno. Si bien los grandes temas de interés a lo largo de las Actas de los Plenos fueron la crisis obrera y agraria o la necesidad de construir más locales para escuelas, a continuación nos centraremos en primer lugar en el análisis de los hechos más puramente políticos.
 
    Antes de la configuración definitiva del Consistorio municipal, una de las primeras medidas que se adoptan es la apertura de una investigación de las cuentas del periodo de la Dictadura. Parece ser que el antiguo recaudador y administrador de arbitrios, derechos y tasas, Bernardo Cebrián Berruga, había cometido irregularidades, concretamente en 1923, con la retención de documentos y de dinero del erario municipal. Aunque presenta los Estados de cuentas que se le requieren, sigue faltando documentación como talones y libros para comprobar los Estados que presenta. En agosto de 1931 se acuerda el nombramiento de un delegado del Gobierno Civil Provincial para que inspeccione la administración municipal y política durante las diferentes etapas dictatoriales hasta el 14 de abril de 1931. También se acuerda el nombramiento de un nuevo administrador de arbitrios: José Fraile Moreno (sería interesante que recordásemos este nombre). Más adelante se llega a pedir incluso que los hijos políticos del antiguo depositario de fondos, al tener suficiente solvencia económica, respondan ante la gestión de su padre.
 
           
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domingo, 5 de enero de 2014

Elecciones municipales parciales de 31 de mayo de 1931 y primer Ayuntamiento republicano

     

      Tras la proclamación de la Republica y la creación de la Comisión Gestora, se fijaba la fecha del 31 de mayo para la celebración de nuevas elecciones municipales en aquellos municipios (un total de 36 en la provincia de Albacete) donde se aplicó el artículo 29 y, por tanto, no había habido votación.  Es en este breve periodo de tiempo cuando se registra el mayor movimiento de políticos monárquicos hacia el republicanismo a la vez que una intensa campaña electoral.  

      Mientras tanto, para significar el advenimiento de la República se toman algunas medidas de carácter simbólico como la compra de dos banderas republicanas, una para el Ayuntamiento y otra para la casa cuartel de la Guardia Civil, o el cambio de nombre de calles y plazas. El Paseo del Directorio Militar es cambiado por el de Paseo de Galán y García Hernández, en conmemoración de los capitanes Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández[1]. El Parque de Colón pasará a llamarse Parque de la Libertad y la Plaza Primo de Rivera, nuestra actual Plaza Mayor, se llamará Plaza de la República [2].

      Es durante este breve periodo de transición cuando se inician las gestiones para la construcción del ferrocarril que comunicase a La Roda con Tarazona de Aragón. También se instala una fuente pública en la Miliaria para que el pueblo se surta de agua gratuitamente. En sucesivas entradas desarrollaremos detalladamente el programa de obras públicas que se emprende con motivo de la crisis obrera y agraria para dar una respuesta al alto desempleo.

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