miércoles, 27 de julio de 2016

La Roda republicana: enfrentamientos, detenciones y asesinatos

 

     En torno a las 13 horas del 25 de julio de 1936 y tras una semana de intensos combates, Albacete capital era tomada por fuerzas leales a la República procedentes de Alicante y Murcia junto a una columna anarquista procedente de Valencia. El alzamiento era sofocado en Albacete con la rendición incondicional de sus organizadores y la entrega de armamento y munición 1. El territorio se convertirá en zona de retaguardia permanente, sin frente, en manos del bando republicano hasta el final de la guerra. Ésta será la razón fundamental que explique por qué la mayoría de muertes que se producen sobre todo entre agosto y septiembre de 1936 son de personas de filiación política conservadora, de derechas, incluida la persecución a miembros del clero. También es la razón que explica la instalación de los Brigadas Internacionales en la provincia, aunque de esto hablaremos más adelante.

     El caso es que el fracaso de la sublevación militar y el posterior estado de guerra civil es el contexto en que se producen atropellos por ambas partes; en la provincia de Albacete más especialmente por parte de los grupos de milicianos que de manera descontrolada ocupan el vacío de poder con una violencia desmedida que ya venía gestándose tiempo atrás. Como veremos más adelante, desde las instituciones republicanas se dieron expresas manifestaciones para evitar los asesinatos y la venganza, pero éstas ya no tenían autoridad para imponer sus normas. Se trató por todos los medios de poner fin a estas manifestaciones por parte de determinados grupos a través de las sacas y paseos, pero hasta que no empiecen a funcionar los Tribunales Populares, los meses de julio y agosto serán de una violencia inaudita al margen de la ley y por supuesto que al margen de cualquier consideración humana. Veamos qué sucedió en La Roda.

     La consecuencia directa y simultánea del final de la popularmente conocida como semana facciosa fue la liberación de los presos de izquierdas, la constitución del Comité de Salud Pública, la detención de los guardias civiles que habían participado en la rebelión y la persecución de la población civil que la apoyó. Ese mismo 25 de julio, muchos rodenses se enteraban a través de la radio del Bar Molina de que la provincia había caído en manos republicanas. Los concurrentes, emocionados, se echaron a la calle rápidamente, acudiendo a dicho bar y a las inmediaciones de la Miliaria mucha más gente pidiendo la apertura de las cárceles al grito de vamos a por nuestros hermanos los presos; posteriormente se instalarán aquí unos altavoces para emitir partes de guerra y demás novedades.




     Simultáneamente a la liberación de los presos de las cárceles, se produce la detención y persecución de muchos de los que apoyaron la sublevación. Bajo las órdenes del Comité de Enlace, creado ese mismo día, comienzan a organizarse grupos de milicianos que se encargarán de: perseguir y detener a los sublevados en sus casas y aldeas, conseguir todo el armamento posible y hacer guardias en edificios principales y entradas y salidas del pueblo. Los expedientes que tenemos relatan decenas de casos de detenciones, registro de casas, requisa de armas y tiroteos Partiendo de la idea de que estos relatos fueron extraídos bajo presiones, amenazas y torturas una vez finalizada la guerra, debemos tomarlos con mucha cautela.

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